Tan solo el 13,8% de la fuerza de trabajo posee vínculos estables y opera en sectores que no han sido afectados por el aislamiento social en Brasil, de acuerdo con datos recabados por una red internacional de investigación en políticas públicas (foto: la calle Vinte e Cinco de Março, en la ciudad de São Paulo/ Eduardo Cesar, Pesquisa FAPESP)

Analizan la vulnerabilidad de los trabajadores brasileños durante la crisis provocada por la pandemia
11-06-2020
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Tan solo el 13,8% de la fuerza de trabajo posee vínculos estables y opera en sectores que no han sido afectados por el aislamiento social en Brasil, de acuerdo con datos recabados por una red internacional de investigación en políticas públicas

Analizan la vulnerabilidad de los trabajadores brasileños durante la crisis provocada por la pandemia

Tan solo el 13,8% de la fuerza de trabajo posee vínculos estables y opera en sectores que no han sido afectados por el aislamiento social en Brasil, de acuerdo con datos recabados por una red internacional de investigación en políticas públicas

11-06-2020
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Tan solo el 13,8% de la fuerza de trabajo posee vínculos estables y opera en sectores que no han sido afectados por el aislamiento social en Brasil, de acuerdo con datos recabados por una red internacional de investigación en políticas públicas (foto: la calle Vinte e Cinco de Março, en la ciudad de São Paulo/ Eduardo Cesar, Pesquisa FAPESP)

 

Por José Tadeu Arantes  |  Agência FAPESP – Durante la crisis socioeconómica desencadenada en Brasil por la pandemia de COVID-19, entre los trabajadores, el 83,5% se desempeña en puestos vulnerables, ya que el 36,6% posee vínculos de trabajo informales. En tanto, el 45,9% de ellos, aunque cuentan con vínculos formales, actúan en sectores bastante afectados por la dinámica económica. Las personas con vínculos más estables, en sectores esenciales no afectados económicamente, suman tan solo un 13,8% de la fuerza de trabajo ocupada.

La Red de Investigación Solidaria, un grupo conformado por más de 40 investigadores de las áreas de humanidades, ciencias exactas y ciencias biológicas de Brasil y de otros países, recabó estos datos..

“La Red de Investigación Solidaria se creó para proponer mediciones tendientes a mejorar la calidad de las políticas públicas gubernamentales a nivel federal, de los estados y municipal en medio de la crisis provocada por el COVID-19. Esto requiere de un mapeo riguroso de datos, la generación de información criteriosa, la creación de indicadores, la elaboración de modelos y la formulación de análisis de las políticas públicas implementadas y de las respuestas de la población”, dice el sociólogo Rogério Barbosa, investigador del Centro de Estudios de la Metrópolis (CEM), uno de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (CEPIDs) apoyados por la FAPESP.

Barbosa, quien actualmente está culminando su posdoctorado bajo la supervisión de Marta Arretche con beca de la FAPESP, integra el Comité de Coordinación de la Red de Investigación Solidaria.

La noción de vulnerabilidad adoptada en el estudio está relacionada con la posibilidad de que el trabajador pierda su empleo o sufra una fuerte reducción de sus ingresos durante el período de aislamiento social necesario para la contención de la pandemia. De acuerdo con este análisis, fueron tenidos en cuenta diferentes grupos sociales (que contemplaban sexo, raza y nivel educativo) y variaciones regionales.

Los resultados demostraron que, en líneas generales, el patrón de vulnerabilidad es acorde con las desigualdades estructurales de la sociedad brasileña. Los negros –varones y mujeres– ostentan los vínculos más frágiles. Componen la mayor parte de la informalidad y, cuando están empleados, su actividad no cuenta con la cobertura de contratos de trabajo y seguridad social. Por ende, su despido puede ejecutarse fácilmente, ya que no impone costos laborales.

Las mujeres, particularmente las mujeres negras, también son sumamente vulnerables, pues integran sectores económicos considerados no esenciales, tales como la prestación de servicios domésticos, por ejemplo, una actividad que, en gran medida, se vio paralizada y sin remuneración.

En una condición similar de vulnerabilidad se encuentran los trabajadores de las regiones norte y nordeste de Brasil, donde incluso en sectores esenciales los vínculos son menos firmes que en las regiones sudeste, sur y centro-oeste del país.

“Pero la investigación reveló también una nueva dimensión de la vulnerabilidad: la de los varones blancos y las mujeres blancas, con educación superior completa y vínculos laborales estables, pero ocupados en sectores considerados no esenciales o en sectores esenciales muy afectados por la crisis. El surgimiento de este segmento, el de los ‘nuevos vulnerables’, fue una de las novedades que ha generado la pandemia”, dice el investigador. De todos modos, este ha estudio mostrado que los "históricamente vulnerables" son más vulnerables que los “nuevos vulnerables”.

La escala de vulnerabilidad

La escala de vulnerabilidad tuvo en cuenta tres categorías: vínculos de alta inestabilidad (trabajadores informales empleados sin registro o que trabajan por cuenta propia); vínculos de mediana inestabilidad (quienes trabajan en domicilios particulares en forma registrada, cuentapropistas formalizados, empleados y empleadores en pequeños establecimientos); vínculos de baja inestabilidad (trabajadores formales de empresas medianas o grandes, empleados públicos estatutarios, militares y empleadores de medianas o grandes empresas).

“El personal del trabajo doméstico constituye el segmento más vulnerable, seguido por los trabajadores de los servicios de belleza personal. En la otra punta del espectro, la de menor vulnerabilidad, se ubican los trabajadores empleados en las administraciones públicas de los estados y municipales y también el personal de supermercados e hipermercados”, comenta Barbosa.

Aparte de estudios de mayor porte, que pueden incluso definir líneas de investigación a mediano y largo plazo, la Red de Investigación Solidaria se ocupa también de difundir información puntual que pueda contribuir para esclarecer a la población en el marco de la pandemia.

Además de Barbosa, integran la coordinación de la red Glauco Arbix, Lorena Barberia y João Paulo Veiga, de la Universidad de São Paulo (USP); Graziela Castello, de Cebrap (Centro Brasileiro de Análise e Planejamento), Fabio Senne, del Núcleo de Información y Coordinación del Punto BR (Nic.br), José Eduardo Krieger, del Instituto del Corazón (InCor) del Hospital de Clínicas (HC), de la Facultad de Medicina (FM) de la USP, Luciana Lima, de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte (UFRN), y Ian Prates, de Cebrap, la USP y Social Accountability International.
 

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