Las agencias científicas de fomento no deben ceñirse a los medios tradicionales de difusión si pretenden llegar a las generaciones más jóvenes, afirma el presidente del European Research Council (foto: Phelipe Janning/ Agência FAPESP)
Las agencias científicas de fomento no deben ceñirse a los medios tradicionales de difusión si pretenden llegar a las generaciones más jóvenes, afirma el presidente del European Research Council
Las agencias científicas de fomento no deben ceñirse a los medios tradicionales de difusión si pretenden llegar a las generaciones más jóvenes, afirma el presidente del European Research Council
Las agencias científicas de fomento no deben ceñirse a los medios tradicionales de difusión si pretenden llegar a las generaciones más jóvenes, afirma el presidente del European Research Council (foto: Phelipe Janning/ Agência FAPESP)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – La importancia de buscar nuevas formas de transmitirle a la sociedad el impacto de las investigaciones científicas financiadas con fondos públicos constituyó uno de los principales temas de debate durante la 8ª reunión anual del Global Research Council (GRC), que culminó el pasado viernes 3 de mayo en São Paulo, Brasil.
“El GRC congrega a 52 agencias de fomento de todo el mundo, y todas ellas coincidieron en que es necesario que existan buenas maneras de evaluar y mostrar el impacto de la investigación científica. Esto a su vez muestra que éste es un tema que preocupa a todos los países: no es una cuestión pura y exclusivamente brasileña. En cualquier lugar del mundo los contribuyentes quieren ver los resultados de las investigaciones que se financian con los impuestos”, dijo Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP.
Según Brito Cruz, el Consejo Superior de la FAPESP y su directorio consideran importante la búsqueda de estrategias tendientes a llegar a diferentes públicos. “Contamos con la revista Pesquisa FAPESP que es mensual, algo que pocas agencias del mundo tienen, y con Agência FAPESP, una newsletter diaria en portugués que llega a más de 100 mil suscriptores y muestra los resultados de investigaciones que la Fundación apoya. Una versión en inglés y otra en español de dicha newsletter se envía semanalmente con el objetivo de llegar a un público del exterior, lo cual ayuda a la FAPESP a crear interacciones en todo el globo”, dijo.
Para interactuar con los formuladores de políticas públicas, comentó Brito Cruz, la FAPESP realiza simposios mensuales en la Legislatura del Estado de São Paulo (Alesp), en colaboración con el Instituto del Legislativo Paulista (ILP). “Y hay también un esfuerzo de llegar a un público más general mediante programas de televisión realizados en colaboración con el periódico Folha de S.Paulo y con el canal Futura”, comentó.
Los programas de televisión también constituyen una estrategia que adopta el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de Argentina. “También producimos documentales y realizamos ferias itinerantes que van a pequeñas ciudades. Esto es importante para despertar vocaciones científicas entre los estudiantes”, dijo Jorge Tezón, director del Conicet.
En tanto, el European Research Council (ERC) –la agencia que financia investigaciones que se realizan en toda la Unión Europea– apostó a una estrategia audaz para llegar a los más jóvenes: lanzó una serie de webcomics elaborados en colaboración por dibujantes y científicos. “Pueden hacer referencia a un proyecto específico o a un campo del conocimiento. Cuando declaramos que emitiríamos una convocatoria a la presentación de propuestas para financiar esta iniciativa, mucha gente no nos tomó en serio”, dijo Jean-Pierre Bourguignon, presidente del ERC.
Para Bourguignon, las agencias de fomento y los científicos no deben ceñirse a los medios tradicionales de comunicación si pretenden llegar a las generaciones más jóvenes. “Éstas no leen los diarios, pero están en las redes sociales, en internet. Tenemos que ser creativos, tenemos que innovar”, dijo.
Peter Strohschneider, presidente de la German Research Foundation (DFG), comentó que la más importante agencia de fomento alemana financia exposiciones itinerantes en distintas universidades. “Tenemos una sobre microbiología que ya ha pasado por más de 20 lugares de toda Alemania. También organizamos charlas públicas con investigadores no sólo en Alemania sino también en los países con los cuales mantenemos colaboraciones, acá en Brasil, por ejemplo”, dijo.
Sin embargo, para Strohschneider, la divulgación científica a cargo de las agencias no reemplaza al rol fundamental del periodismo científico, que padece en los últimos años debido tanto la crisis de la prensa escrita como también el ascenso de regímenes autocráticos en diversos países.
“Las sociedades modernas liberales están viviendo una crisis estructural. Hay movimientos autocráticos que están ascendiendo al poder en diversos países y lo que hacen es atacar a la Justicia, a la prensa y al sistema de ciencia. Sucede que es a través de estos tres sectores sociales que las sociedades modernas institucionalizan sus discursos oficiales”, dijo.
Strohschneider considera importante distinguir entre el periodismo científico y la divulgación científica que llevan a cabo las agencias de fomento. “Todo eso es importante, pero la divulgación científica es una autoobservación, una mirada que la ciencia lanza sobre sí misma. En tanto, el periodismo científico es la mirada extranjera, es otro punto de vista”, dijo.
Con el objetivo de estimular a esta actividad profesional que considera que se encuentra “bajo una fuerte presión” en los días actuales, la DFG organiza la entrega de premios y financia workshops y redes de periodismo científico.
El desafío
Otro punto de consenso entre todas las agencias con representación durante el evento, de acuerdo con Brito Cruz, fue el que indica que la evaluación del impacto de los proyectos de investigación no constituye una tarea fácil. Uno de los ejemplos que se mencionaron en la reunión fue el de Google.
“Sus dos creadores fueron becarios de la National Science Foundation (NSF) en 1994, en el marco de un programa que apuntaba a crear bibliotecas digitales y métodos de catalogación de libros. En 1998 desarrollaron el algoritmo que clasifica páginas de internet. En 1999 intentaron vender la empresa por un millón de dólares, pero nadie se interesó. Rebajaron su precio a 700 mil dólares, y aun así nadie la quiso. Si evaluásemos el impacto de Google en aquel momento, se la consideraría un fracaso, pero actualmente es una empresa que vale 800 millones de dólares”, comentó.
“Hay casos en los cuales se hace necesario esperar muchos años para descubrir el verdadero impacto de una investigación, lo cual hace más difícil la tarea de mostrarle su importancia a la sociedad”, dijo Strohschneider.
Más información sobre la 8ª Reunión Anual del Global Research Council en: www.fapesp.br/eventos/grc.
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