Científicos y estudiantes de diversos países debaten una mayor integración de las investigaciones durante la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada en el Nexo Agua, Alimentos y Energía (foto: Daniel Antônio/ Agência FAPESP)

Desafíos globales: el acceso al agua, a los alimentos y a la energía
15-11-2018
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Científicos y estudiantes de diversos países debaten una mayor integración de las investigaciones durante la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada en el Nexo Agua, Alimentos y Energía

Desafíos globales: el acceso al agua, a los alimentos y a la energía

Científicos y estudiantes de diversos países debaten una mayor integración de las investigaciones durante la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada en el Nexo Agua, Alimentos y Energía

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Científicos y estudiantes de diversos países debaten una mayor integración de las investigaciones durante la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada en el Nexo Agua, Alimentos y Energía (foto: Daniel Antônio/ Agência FAPESP)

 

Por Maria Fernanda Ziegler  |  Agência FAPESP – Entre los principales problemas del mundo que aún no tienen solución se encuentra la necesidad de contar con un mayor acceso al agua, a los alimentos y a la energía. Esto es el resultado de factores tales como el crecimiento poblacional, la urbanización, la alteración de los hábitos alimentarios y, por supuesto, de los cambios climáticos.

Este problema posee un fuerte impacto social y ambiental, fundamentalmente debido a que estas tres áreas tienden a entrar en conflicto. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el sector de la agricultura es el mayor consumidor de los recursos de agua dulce del mundo, y se gasta más de un cuarto de la energía utilizada globalmente en la producción y en el suministro de alimentos.

La alimentación de una población global que llegará a los 9.000 millones de habitantes en 2050 demandará un incremento del 60% en la producción de alimentos. Como consecuencia de ello, habrá un mayor consumo de agua y energía.

En este panorama se inserta la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada en el Nexo Agua, Alimento y Energía, que tuvo lugar entre los pasados días 15 y 26 de octubre en la Facultad de Ingeniería, Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Campinas (Unicamp), en Brasil. Dicha Escuela también contó con el apoyo del Núcleo Interdisciplinario de Planificación Energética (Nipe-Unicamp).

“Éste es un tema que posee relevancia social, ambiental y económica para Brasil. Es un nuevo modo de pensar la ciencia, teniendo en cuenta los conflictos y los aspectos que comprenden estas tres dimensiones: agua, energía y alimentos”, dijo José Roberto Guimarães, profesor titular de la Facultad de Ingeniería Civil, Arquitectura y Urbanismo (FEC-Unicamp) e investigador responsable de la ESPCA en el Nexo Agua, Alimentos y Energía.

Este evento, que contó con el apoyo por la FAPESP en la modalidad Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada (ESPCA), reunió a 80 estudiantes, de los cuales 40 llegaron provenientes del exterior, y también apuntó a atraer talentos hacia las carreras de posgrados y los centros de investigación con sede en el estado de São Paulo.

Esta modalidad de organización se orienta a discutir sistemas complejos que comprenden los impactos sociales, económicos y ambientales implicados en las decisiones referentes a la innovación tecnológica, la gestión y la elaboración de políticas públicas.

“Todos estos cambios por los cuales estamos pasando últimamente deben articularse en políticas de planificación. No obstante, se ha percibido que si se imprime un tratamiento sistémico entre esas tres áreas es posible reducir los conflictos y obtener mejoras de eficiencia. Por ende, la idea de esta Escuela consiste en integrar la investigación en agua, alimentos y energía”, dijo Paulo Sergio Franco Barbosa, docente del Programa de Posgrado en Recursos Hídricos, Energéticos y Ambientales de la Unicamp y uno de los organizadores de la ESPCA en el Nexo Agua, Alimentos y Energía.

Este nuevo abordaje para operar y plantear soluciones integradas concernientes a los tres temas constituye una tendencia en la investigación científica. En la FAPESP, iniciativas tales como el Programa de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA) y el PFPMCG – Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales constituyen esfuerzos tendientes a generar oportunidades integradas en ciencia. Otras agencias de fomento de la investigación científica, tal como es el caso de la National Science Foundation (NSF), en Estados Unidos, también cuentan con programas que apuntan en idéntico sentido.

El costado humano

“Los debates sobre las tensiones y la interdependencia entre alimentos, agua y energía tienen potencial como para producir una ciencia más integradora, al agrupar ingeniería, agronomía, hidrología y ciencias sociales. Así y todo, es importante recordar que estamos preocupados con el nexo agua, alimentos y energía porque estamos preocupados con el acceso de la gente a estos tres factores. Resulta esencial que se tenga en cuenta a la gente desde el primer día de los  proyectos”, dijo Emílio Moran, profesor visitante de la Unicamp y docente de la Michigan State University, durante su conferencia.

Moran coordina un proyecto de investigación que cuenta con el apoyo de la FAPESP en la modalidad São Paulo Excellence Chair (SPEC), en el cual se analiza el impacto social y ambiental de la construcción de la central hidroeléctrica de Belo Monte, cerca de la ciudad de Altamira, en el estado norteño de Pará.

“En el caso de Belo Monte, si la gente hubiese sido tenida en cuenta desde el primer día del proyecto, quizá ni siquiera se hubiese construido esa central hidroeléctrica, o probablemente le hubiesen dado más tiempo al municipio para prepararse en lo concerniente a los impactos que efectivamente sufrió. Se habría hecho una evaluación más cuidadosa del impacto de la usina sobre la pesca, se habrían construido más hospitales y más escuelas, y habría más policías antes de poner en marcha la obra”, declaró Moran a Agência FAPESP.

Moran critica el hecho de que sea relativamente común que las investigaciones no tengan en cuenta el costado humano. “Por eso mi objetivo en esta Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada consistió en concientizar al grupo al respeto de las dimensiones humanas. Es necesario se haga efectivo un esfuerzo tendiente a integrar a la comunidad social al estudio de la tríada agua-alimentos-energía”, dijo.

Un ejemplo concreto, según Franco Barbosa, de que los proyectos que comprenden al nexo agua, energía y alimentos aportan una mayor eficiencia puede sentirse en el nordeste de Brasil. “El hecho de que la zona haya alterado el perfil regional de la matriz eléctrica, con la expansión de las centrales eólicas durante los últimos cuatro años, fue sumamente importante para hacerle frente a la sequía y disminuir el estrés hídrico de la sequía severa y prolongada de los últimos tres años”, declaró a Agência FAPESP.

De acuerdo con el investigador, existen iniciativas que pueden actuar en las tres dimensiones (agua, energía y alimentos). “Éste es el medio que la comunidad científica internacional ha hallado para hacer investigación y también para proponer políticas públicas”, dijo.

También con relación al ejemplo del nexo ocurrido en el nordeste de Brasil, Franco Barbosa destaca que la expansión en el área energía eólica redundó en un ahorro de alrededor de un 40% del volumen de agua disponible en los embalses de las centrales hidroeléctricas del río São Francisco durante la sequía de 2014 y 2015.

“Se estima que en 12 meses se ahorró en las centrales hidroeléctricas alrededor de un 40% del volumen total de agua. Por ende, sin la expansión eléctrica habría faltado luz, o habría habido perjuicios aún más graves con respecto a los otros usos del agua para el riego y su suministro en las ciudades”, dijo.

Para la estudiante Paula Prado Siqueira, quien está cursando su maestría en la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul (UFMS) y que fue una de las alumnas de la Escuela, la participación en este evento constituyó una excelente oportunidad para interiorizarse al respecto de lo más avanzado que se está estudiado en otras universidades y en otros países.

Prado Siqueira lleva adelante su proyecto también en el nordeste de Brasil. “Estudio el nexo en la cuenca del río São Francisco. Allá tampoco se puede escamotear el conflicto entre esos tres aspectos. De no haber un nivel mínimo en los embales, no hay producción de energía. Si no llueve y no hay agua, o si el agua deriva hacia la irrigación, no hay más producción de energía”, dijo.

Más información sobre la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada en el Nexo Agua, Alimentos y Energía en: spsas-wefnexus.org.

 

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