Las políticas públicas focalizadas, el compromiso del sector privado y la articulación de redes de negocios contribuyen para disparar el cambio tecnológico, afirman expertos en un debate organizado por la FAPESP (imagen: Geralt/ Pixabay)
Las políticas públicas focalizadas, el compromiso del sector privado y la articulación de redes de negocios contribuyen para disparar el cambio tecnológico, afirman expertos en un debate organizado por la FAPESP
Las políticas públicas focalizadas, el compromiso del sector privado y la articulación de redes de negocios contribuyen para disparar el cambio tecnológico, afirman expertos en un debate organizado por la FAPESP
Las políticas públicas focalizadas, el compromiso del sector privado y la articulación de redes de negocios contribuyen para disparar el cambio tecnológico, afirman expertos en un debate organizado por la FAPESP (imagen: Geralt/ Pixabay)
Por Claudia Izique | Agência FAPESP – La FAPESP invitó a un grupo de expertos en desarrollo regional brasileños y extranjeros para debatir las políticas de fomento al desarrollo tecnológico, los obstáculos a la innovación en las pequeñas empresas y los desafíos que las tecnologías digitales (IoT y la industria 4.0, entre otras) les plantean a los ecosistemas de innovación.
El encuentro, que se concretó el pasado 8 de junio de 2018, constituyó un despliegue de la conferencia internacional intitulada Innovation Systems, Strategies and Policy (InSySPo), que tuvo lugar en la Universidad de Campinas (Unicamp) entre los días 6 y 7 de junio.
Participaron en dicho encuentro Carlos Américo Pacheco, director presidente de la FAPESP; Sérgio Queiroz, miembro de la Coordinación Adjunta de Investigación para la Innovación de la Fundación, Nicholas Vonortas, docente de la George Washington University e investigador responsable del Proyecto de Sistemas de Innovación, Estrategias y Políticas, apoyado por la FAPESP en la modalidad São Paulo Excellence Chair (SPEC); André Furtado, del Instituto de Geociencias de la Unicamp, y Giancarlo Stefanuto, consultor de Políticas Públicas, entre otros especialistas.
El debate, sintetizado en el documento intitulado Regional Innovation Ecosystems, Entrepreneurship, and Challenge for Small Business, se orientó según tres temas: políticas claves para estimular el aporte de empresas intensivas en conocimiento a la actualización tecnológica y el desarrollo regional; los obstáculos a la innovación en las pequeñas empresas y su enfrentamiento a nivel regional, y los requisitos para que las regiones y las ciudades adhieran a la próxima ola digital (IoT y la industria 4.0).
Con relación a las políticas claves para el desarrollo regional, los expertos reconocen que los gobiernos han intensificado la atención referente a la generación de empresas intensivas de conocimiento como una estrategia de producción de riqueza, empleo, innovación y oportunidades. “Esas empresas son parte crítica de los ecosistemas regionales de innovación junto a las universidades, los institutos de investigación y el sector financiero”, dijo Pacheco.
Dos proyectos grafican esa integración entre las universidades y las empresas: el Distrito de la Innovación, ubicado cerca de la Universidad de São Paulo (USP), una iniciativa de la FAPESP y de la Municipalidad de São Paulo, y una nueva área, junto a la Unicamp, en Campinas, orientada al apoyo a las empresas de alta tecnología. El gran reto consiste en hallar medios y modos de implementar iniciativas como éstas en un tiempo de restricción de recursos del sector público.
La salida puede estar en el mayor compromiso del sector privado, según ponderaron los participantes en el debate. Estudios recientes del Banco Mundial demostraron que el sector público es el principal inversor en el caso de la investigación básica, pero la participación del sector privado en ecosistemas estratégicos de innovación resulta crucial para traducir iniciativas científicas en cambios tecnológicos impulsados por la innovación.
Esta complementariedad, según los investigadores, debe estimularse mediante políticas de generación y atracción de empresas intensivas en conocimiento y con alto perfil tecnológico, que funcionarían como anclas del ecosistema de innovación. Aparte de generar una demanda de soluciones tecnológicas, estas empresas anclas tienen fuerza como para sembrar el espíritu emprendedor y la innovación.
Pero todo esto no basta. “Si el objetivo consiste en maximizar la capacidad innovadora de los ecosistemas, las empresas anclas deben ofrecerles activos complementarios a la estructura productiva local que permitan crear interfaces significativas con otros actores”, dijo Sérgio Queiroz.
Por ende, la selección de socios estratégicos debe formar parte del proceso de formulación de políticas públicas para el desarrollo regional, haciendo hincapié en el concepto de “especialización inteligente”.
Según Queiroz, también se hace necesario reforzar el protagonismo de las universidades. La integración entre las universidades y el mercado ha avanzado, pero urge facilitar su integración con las cadenas de valor a los efectos de poner en movimiento el círculo virtuoso de conocimiento a nivel local y regional.
Y más que eso: las universidades deben constituir hubs o distribuidores de emprendimientos intensivos en conocimiento para fortalecer el potencial innovador de las ciudades brasileñas, al tiempo que solidifican una cultura emprendedora mediante programas de posgrado orientados al mercado y la mentoría de exalumnos experimentados, recomienda el documento redactado al final del encuentro.
El problema reside en cómo promover la cooperación entre las universidades y las empresas y, al mismo tiempo, orientar hacia la innovación a empresas que históricamente llevan a cabo actividades de baja tecnología, por ser reacias al riesgo.
La primera recomendación de los expertos consiste en invertir en la infraestructura física y social de la zona. La disminución de los costos de desplazamiento, la facilidad del flujo de personas y la accesibilidad a las viviendas, los parques, los bares y los museos constituyen factores de atracción de jóvenes talentos, por ejemplo. “Los temas relacionados con la calidad de vida están íntimamente ligados a la lógica moderna de los ecosistemas de innovación”, dijo Queiroz.
Los obstáculos a la innovación
La segunda pregunta que se debatió en el encuentro estaba relacionada con la superación de obstáculos a la innovación que afrontan las pequeñas empresas a nivel regional: la falta de financiación y de personal calificado y el exceso de regulación, entre otros problemas que requieren de una acción coordinada entre los distintos niveles de gobierno.
Algunos de estos obstáculos podrían superarse mediante iniciativas tales como la de la estadounidense iCorps y la del Programa PIPE Emprendedor de la FAPESP, que apoya a emprendedores en la calibración de sus planes de negocios, a los efectos de que orienten su mira también hacia el mercado externo. “No obstante, el hecho de forzar a las empresas a que se vuelvan globales prematuramente constituye un riesgo, ya que la competencia internacional es difícil”, dijo André Furtado. Antes de migrar hacia nuevos mercados, es necesario crecer e invertir en investigación y desarrollo (I&D).
Otra salida consiste en implementar la articulación de redes de negocios que faciliten el acceso a la financiación, a la tecnología y a los mercados, según consignan los especialistas. Y a su vez, éstos destacan que en ese apartado las empresas anclas son fundamentales. Esos socios suministran acceso a cadenas de valor globales y ayudan a las nuevas empresas a acceder a la infraestructura de mercado global, ya también las ayudan a aprender con los colaboradores de compañías más experimentadas.
Entre todos los obstáculos a la innovación, el principal es la financiación de riesgo, según los investigadores. En el estadio inicial de la vida de las empresas intensivas en tecnología, las mismas demandan el apoyo de ángeles inversores, crowdfunding y capital de riesgo, entre otras modalidades de inversión que, aparte de recursos, les ofrecen a las startups la experiencia en la gestión. Diversos países implementan programas de intermediación financiera para apoyar a las empresas en su paso por el llamado “valle de la muerte”, tales como el SBIR, en Estados Unidos, y el Programa FAPESP de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) en Brasil.
La sostenibilidad de un ecosistema de innovación depende a su vez de que las herramientas científicas y tecnológicas disponibles en universidades e institutos de investigación estén también conectadas con el ambiente empresarial.
En Estados Unidos, las empresas comparten el uso de facilities, de nanotecnologías a laboratorios de manufactura avanzada. “Esos arreglos dotan de sostenibilidad al sistema de C&T al compartir tanto conocimientos básicos y avanzados como costos de investigación entre los institutos públicos y el sector privado”, dijo Queiroz.
Las tecnologías digitales
La tercera pregunta que respondieron los expertos fue la siguiente: ¿de qué manera las regiones y las ciudades deben prepararse para la próxima ola digital? Y analizaron específicamente el caso de Campinas, ciudad que congrega centros de tecnología y habilidades técnicas y científicas en las áreas de telecomunicaciones, software y dispositivos electrónicos, entre otros, además de contar con una importante concentración de universidades e institutos de investigación y de empresas líderes en tecnología de la información y la comunicación.
Campinas obtuvo recientemente apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para transformarse en una ciudad Inteligente. Se encuentra en marcha una investigación con el objetivo de detectar tendencias en IoT y entender el ecosistema de Campinas en términos de oferta de tecnología, e identificar demandas, además de definir planes de acción, por supuesto.
Pero en el caso de Campinas, cualquier planificación de acción rebasa las capacidades y las disponibilidades regionales. “Es fundamental conectar otros niveles de interlocución, incluso el internacional, y comprometer a los nuevos socios para que la ciudad se fortalezca como hub para la industria 4.0 en Brasil”, dijo Giancarlo Stefanuto.
El éxito depende de que las metas sean claras y precisas. Una de las reglas a la hora de crear un ambiente dinámico innovador consiste en compartir información y que los datos sean públicos. “Por cierto, esta regla es uno de los fundamentos de las ciudades Inteligentes”, añade Nicholas Vonortas.
Ciudades distintas tienen estrategias de innovación distintas. Stellenboch, en Sudáfrica, por ejemplo, adoptó una estrategia tendiente a saltear etapas en la implementación de la transformación digital: identificó tecnologías utilizadas en otros lugares y concretó su actualización tecnológica. Barcelona, por su parte, seleccionó los 10 principales problemas de la ciudad y convocó al público a proponer resoluciones.
“En cualquier caso, el plan de acción que comprenda iniciativas de los sectores público y privado requiere de la participación de las partes interesadas en general, mediante la convocatoria a la presentación de propuestas referentes a la solución elegida para mejorar la vida de los ciudadanos”, dijo Vonortas.
Un camino interesante puede ser el de la identificación de un “gatillo” que dispare los cambios tecnológicos. Y ese gatillo podría estar en el área de la salud, que demanda mejoras.
“Esto puede brindar una gran oportunidad, tanto para São Paulo como para Campinas, para actuar como puntas de lanza de la transformación digital, además de aprovechar la presencia de ambientes académicos fuertes en términos de facultades de Medicina y actividades de investigación. Asimismo, se pueden sumar al debate hospitales privados internacionalmente reconocidos, lo cual es de suma importancia”, dijo Vonortas.
Participaron en el InSySPo: Álvaro Prata (Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicaciones del Gobierno Federal de Brasil), Anderson Ribeiro Correia (ITA, Brasil), André Alves (Unicamp), André Gasparotti (Embraer), Antonio Carlos Marques (AUSPin), Anwar Aridi (Banco Mundial), Arnaldo Rodrigues dos Santos Júnior (UFABC, Brasil), Bruno Fischer (Unicamp), Carlo Pietrobelli (Maastricht), Carlos Passos (Municipalidad de Campinas), Clement Bert Erboul (Unicamp), Dirk Meissner (HSE, Moscú), Fabio Kon (FAPESP), Fernanda Ultremare (UFRGS, Brasil), Franco Malerba (Bocconi University), Gabriela Dutrénit (UNAM, México), Gerson Valença Pinto (FAPESP), Gulia Monemarsan (OCDE, Francia), Irineu Lima Jr (Unicamp), Jeong-Dong Lee (SNU, Corea del Sur), Márcio Girão (Financiadora de Estudios y Proyectos - Finep, Gobierno Federal de Brasil), Maureen McKelvey (University of Gothenburg, Suecia), Newton Frateschi (Innova Unicamp), Paola Schaeffer (Unicamp), Paulo Feitosa (Unicamp), Paulo Figueiredo (FGV-Río de Janeiro, Brasil), Paulo Zawislak (UFRGS, Brasil), Rafaela Andrade (Unicamp), Robbert Tijssen (Leiden University, Holanda), Ron Boschma (Utrecht University) y Rosane Marques (BID).
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