Unos son de un rojo naranja oscuro y acentuado, mientras que ellas son amarillas. La descripción de la especie Hyphessobrycon myrmex es de científicos brasileños (fotos: Murilo Pastana/ MZ-USP)

Machos y hembras de una nueva especie de mojarra tienen colores sumamente distintos
21-12-2017
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Unos son de un rojo naranja oscuro y acentuado, mientras que ellas son amarillas. La descripción de la especie Hyphessobrycon myrmex es de científicos brasileños

Machos y hembras de una nueva especie de mojarra tienen colores sumamente distintos

Unos son de un rojo naranja oscuro y acentuado, mientras que ellas son amarillas. La descripción de la especie Hyphessobrycon myrmex es de científicos brasileños

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Unos son de un rojo naranja oscuro y acentuado, mientras que ellas son amarillas. La descripción de la especie Hyphessobrycon myrmex es de científicos brasileños (fotos: Murilo Pastana/ MZ-USP)

 

Por Peter Moon  |  Agência FAPESP – Una nueva especie de mojarra, denominada Hyphessobrycon myrmex, llamó la atención de investigadores del Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo (MZ-USP), en Brasil, pues exhibe un intrigante dicromatismo sexual: mientras que los machos son de un color rojo naranja oscuro y acentuado, las hembras son amarillas.

Esta especie aparece descrita en un artículo publicado en Journal of Fish Biology. Con alrededor de 2 centímetros de longitud, el H. myrmex habita las aguas cristalinas del río Formiga (myrmex, en griego, quiere decir hormiga, o formiga en portugués), un afluente del río Juruena, en la zona serrana de Serra dos Parecis, en el estado brasileño de Mato Grosso. El río Formiga forma parte de la cuenca hidrográfica del Tapajós.

“El dicromatismo sexual, una forma de dimorfismo sexual, es común entre los vertebrados, fundamentalmente entre las aves y los peces. Un ejemplo clásico es el pavo real común”, declaró uno de los autores del estudio, el ictiólogo Murilo Pastana, del MZ-USP, a Agência FAPESP.

Los especímenes descritos en el estudio se recolectaron entre 2011 y 2015, durante expediciones organizadas para realizar el “Inventario de la fauna de Characiformes (Teleostei, Ostariophysi) de América del Sur”, un Proyecto Temático vinculado al Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP), y coordinado por el investigador Naércio Aquino Menezes, del MZ-USP.

Los Characiformes, uno de las órdenes de peces de agua dulce más vastos, exhiben una gran diversidad. Están reconocidas 2.171 especies, distribuidas en familias tales como Parodontidae (julillas), Curimatidae (saguirus, branquinhas), Prochilodontidae (sábalos), anostomidae (piaus, bogas), Crenuchidae (mocinhas), Hemiodontidae (cruzeiro-do-sul), Gasteropelecidae (peces mariposas), Characidae (mojarras, piabas, pacúes, pirañas, cachamas negras, dorados, matrinchãs), Acestrorhynchidae (ovevas, peixes-cachorro), Cynodontidae (perritos), Erythrinidae (tarariras), Lebiasinidae (peces lápiz, copeinas) y Ctenoluciidae (bicudas).

De estas, alrededor de 1.750 especies viven en América del Sur, y el resto en África. Su tamaño puede variar de 1,7 centímetros hasta 2 metros. El dicromatismo sexual está particularmente propagado entre los miembros de la familia de las mojarras, pero los machos y las hembras de H. myrmex llaman la atención debido al enorme contraste de tonalidad que exhiben.

“Era de conocimiento de los ictiólogos que el dicromatismo existía entre los carácidos, pero puntualmente. Nunca se apuntó a saber cuál es el total de especies dicromáticas, dónde viven y cuál es la función que el dicromatismo desempeña en su comportamiento”, dijo Pastana.

La constatación del dicromatismo en H. myrmex llevó al investigador a realizar un estudio, en el cual constató la existencia de 109 especies de Characiformes dicromáticos, y 57 de la familia Characidae, tal como se demuestra en el trabajo.

Se constató a su vez que el dicromatismo está presente en seis de las 24 familias conocidas de Characiformes. Cinco familias son sudamericanas y una es africana. El dimorfismo sexual en esas seis familias no es solamente cromático. También aparece en la diferencia de tamaño entre los sexos, en el tamaño de las aletas e incluso en el comportamiento.

De acuerdo con Pastana, el caso más sorprendente de dimorfismo sexual de sesgo conductual es el de la especie Copella arnoldi. Estos peces pertenecen a la familia Lebiasinidae, que habita en el sur de América Central y en América del Sur, y se los conoce popularmente como peces lápiz, zepelins dourados o tetras.

“Éste es uno de los casos más espectaculares de comportamiento reproductivo en peces y de segregación de tareas entre los sexos a la hora del apareamiento”, explicó Pastana.

“El macho y la hembra, cuando se encuentran listos para aparearse, saltan juntos hacia fuera del agua y se aferran a la superficie inferior de las hojas que cubren el río. Desovan fuera del agua, en las hojas. Para que los huevos no se resequen, el macho permanece en el lugar, y con la ayuda de una prolongación de la aleta caudal, chicotea el agua de la superficie del riacho sobre los huevos aferrados a las hojas”, dijo.

Según Pastana, en el macho la cola es más pronunciada, lo cual también constituye un dimorfismo sexual en esta especie. A su vez, la hembra prosigue con su vida despreocupada luego de la cópula.

Ecosistemas amenazados

“Allí donde existen, los Characiformes son dominantes. En América del Sur, predominan en todas las cuencas hidrográficas junto a los Siluriformes, el grupo de los bagres y las viejas del agua”, dijo Naércio Menezes, coordinador del “Inventario de la fauna de Characiformes”.

El proyecto, concluido en 2015, tuvo como objetivo recolectar ejemplares en regiones de cabecera de los ríos amazónicos que nacen en el Brasil central. “Estas ictiofaunas tienen una distribución sumamente restringida. Hay especies que sólo existen en un arroyo y no existen en otro que está al lado. Como las cabeceras se ubican en áreas de meseta, el curso de los ríos atraviesa cascadas que aíslan a las especies de las cabeceras de aquéllas que viven río abajo”, explicó Menezes.

Como son precisamente las regiones de cascada de los grandes ríos amazónicos los lugares prioritarios para la instalación de grandes represas hidroeléctricas, los ictiólogos corrieron contra el tiempo para inventariar al máximo a las especies desconocidas. “La construcción de centrales produce la destrucción de todo lo que existe en aquellos ecosistemas”, dijo Menezes.

Durante las siete expediciones del proyecto, realizadas entre 2011 y 2016, se descubrieron alrededor de 30 especies de Characiformes.

Puede leerse el artículo intitulado A new sexually dichromatic miniature Hyphessobrycon (Teleostei: Characiformes: Characidae) from the Rio Formiga, upper Rio Juruena basin, Mato Grosso, Brazil, with a review of sexual dichromatism in Characiformes (doi:10.1111/jfb.13449), de M.N.L. Pastana, F.C.P. Dagosta y A.L.H. Esguícero, en el siguiente enlace: onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jfb.13449/full.

 

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