Eventos extremos de sequía en el centro y el sur del país causados por el calentamiento global pueden generar impactos en la llamada “cosechita”, según indica un estudio que contó con el apoyo de la FAPESP y del Belmont Forum (foto: Wikimedia Commons)

Los cambios climáticos pueden afectar a la segunda cosecha anual de maíz en Brasil
16-07-2020
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Eventos extremos de sequía en el centro y el sur del país causados por el calentamiento global pueden generar impactos en la llamada “cosechita”, según indica un estudio que contó con el apoyo de la FAPESP y del Belmont Forum

Los cambios climáticos pueden afectar a la segunda cosecha anual de maíz en Brasil

Eventos extremos de sequía en el centro y el sur del país causados por el calentamiento global pueden generar impactos en la llamada “cosechita”, según indica un estudio que contó con el apoyo de la FAPESP y del Belmont Forum

16-07-2020
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Eventos extremos de sequía en el centro y el sur del país causados por el calentamiento global pueden generar impactos en la llamada “cosechita”, según indica un estudio que contó con el apoyo de la FAPESP y del Belmont Forum (foto: Wikimedia Commons)

 

Por Elton Alisson  |  Agência FAPESP – Los cambios climáticos se erigen como una seria amenaza para que el agronegocio brasileño mantenga los actuales niveles de productividad y el liderazgo en la exportación de commodities agrícolas. Los eventos extremos de sequía en regiones donde se concentra la producción agropecuaria en el país, causados por el calentamiento global, pueden afectar a la segunda cosecha anual de maíz, por ejemplo, conocida como “cosechita”, que se realiza entre los meses enero y abril en la región centro-sur de Brasil, después de la cosecha de verano.

Estas conclusiones surgen de un trabajo encabezado por científicos del Núcleo de Estudios e Investigaciones Ambientales (Nepam) de la Universidad de Campinas (Unicamp), en Brasil, que integran un proyecto que contó con el apoyo de la FAPESP en el marco de un acuerdo de cooperación con el Belmont Forum.

Algunos de los resultados del trabajo se dieron a conocer durante el seminario online intitulado Los impactos de las cambios climáticos en la sociedad brasileña: La ciencia enfocada en soluciones producidas por la cooperación FAPESP-Belmont Forum, realizado el pasado día 16 de junio por la Fundación en colaboración con el consorcio que reúne a algunas de las principales agencias financiadoras de proyectos de investigación científica referentes a los cambios ambientales en el mundo.

“Entre todos los escenarios que simulamos para estimar los impactos que distintos procesos biofísicos y humanos pueden generar sobre la producción agrícola en el país, los relacionados con los cambios climáticos fueron los que produjeron los mayores efectos”, dijo Mateus Batistella, investigador del Nepam-Unicamp y de la unidad de Informática Agropecuaria de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa).

En colaboración con científicos de Estados Unidos, del Reino Unido y de China, los investigadores del Nepan conformaron un consorcio de estudios al que le dieron en nombre Telecoupling, cuyo objetivo consiste en investigar de qué manera las interacciones socioeconómicas y ambientales entre los sistemas naturales y humanos acoplados, tal como es el caso de los procesos de producción y flujo de commodities agrícolas, pueden afectar a la seguridad alimentaria y a la dinámica de uso de la tierra.

Para ello desarrollaron modelos que representan al comercio internacional de productos primarios agrícolas, especialmente soja y maíz, entre países productores –como Brasil y Estados Unidos– e importadores, como China, amén de escenarios tendientes a estimar los efectos de procesos socioeconómicos y ambientales a escala nacional e internacional.

En el caso de Brasil, el enfoque recayó sobre 10 estados de la región centro-sur, responsables de la producción de más del 80% de la soja y del maíz cultivados en el país, como Mato Grosso.

Las proyecciones de alteraciones en las precipitaciones y en la temperatura de la región, elaboradas con base en los escenarios RCP 4.5 y RCP 8.5 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), indicaron un impacto sobre la segunda cosecha de maíz.

“Los eventos extremos de sequía constituyen un riesgo importante para el mantenimiento de un ciclo exitoso de la agricultura brasileña. Para disminuir esa vulnerabilidad, las instituciones de investigación, como la estatal Embrapa, están abocándose al desarrollo de variedades de maíz más tolerantes a la sequía, por ejemplo”, dijo Batistella.

La dependencia externa

Aparte de los procesos ambientales, los investigadores simularon los efectos colaterales del comercio internacional en el flujo de commodities agrícolas. Una de las situaciones analizadas fue la disminución de la oferta de fertilizantes, especialmente de potasio, para Brasil.

El país importa actualmente el 85% del potasio que utiliza desde cuatro países solamente: Canadá, Rusia, Bielorrusia y Alemania. De producirse una disminución significativa de la exportación de ese fertilizante, puede existir un impacto sobre la producción brasileña de commodities agrícolas, estimaron los investigadores.

“Es importante que Brasil busque fuentes alternativas de potasio para disminuir la dependencia externa de este insumo”, afirmó Batistella.

Las exportaciones de soja también se encuentran altamente concentradas en un solo país, tal como lo consignó el investigador. Actualmente, el 75% de las exportaciones brasileñas de ese producto agrícola se destina a China, que transformó áreas anteriormente orientadas al cultivo de la soja en regiones como la provincia de Heilongjiang, en el nordeste chino, en cultivos de maíz y de arroz irrigado.

Esta decisión redundó en un incremento de la demanda de fertilizantes nitrogenados desde China y, por consiguiente, en un aumento de los impactos ambientales ocasionados por el uso de esos productos agrotóxicos en el país, ponderó Batistella.

“Esto ilustra los efectos de los teleacoplamientos a largas distancias, tales como los procesos de producción y flujo de commodities agrícolas”, dijo el investigador.

Con el enfoque en las soluciones

Durante el evento online también se debatieron otras iniciativas de investigaciones sobre cambios climáticos orientadas hacia la búsqueda de soluciones para la sociedad basadas en la ciencia, realizadas en el marco de la cooperación FAPESP-Belmont Forum.

Merced a este acuerdo, la FAPESP emitió 13 convocatorias en colaboración con agencias científicas similares de otros países y brindó apoyo a 31 proyectos, algunos de ellos encabezados por investigadores vinculados a universidades e institutos de investigación con sede en el estado de São Paulo, dijo Reynaldo Victoria, investigador jubilado del Centro de Energía Nuclear en la Agricultura de la Universidad de São Paulo (Cena-USP).

“Por cada euro aportado por la FAPESP a los proyectos del Belmont Forum, otras agencias aportaron otros 35. Al final del año 2019, los recursos totalizaban más de 90 millones de euros”, dijo Victoria, miembro de la coordinación del Programa FAPESP de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales (PFPMCG) y uno de los representantes de la Fundación en el Belmont Forum.

Como impronta común, los proyectos apoyados por el consorcio son interdisciplinarios y transnacionales y cuentan con la participación de científicos de diversas áreas en colaboración con representantes de la sociedad civil y con formuladores de políticas públicas para desarrollar e implementar en conjunto las soluciones, según destacó Erica Key, directora ejecutiva del Belmont Forum.

“Durante los últimos 10 años se concretaron 18 convocatorias globales y la FAPESP participó en la mayoría de ellas, financiando proyectos de alta relevancia. Esperamos seguir colaborando con la FAPESP para continuar construyendo una comunidad multidisciplinaria de investigación científica, de manera tal de transformar políticas en acciones en áreas estratégicas tales como las de seguridad alimentaria e hídrica, biodiversidad, vulnerabilidad costera, climática y de salud”, dijo.

Los participantes en el encuentro remarcaron que, además de la epidemia de la COVID-19, el mundo afronta actualmente las crisis de los cambios climáticos y de la pérdida de la biodiversidad, y que esas tres crisis demandan soluciones interdisciplinarias y orientadas hacia las políticas públicas.

“Ahora todas las atenciones están volcadas hacia el COVID-19 y sus impactos, tal como debe ser. Empero, cuando podamos efectuar una mirada retrospectiva, veremos este habrá sido un evento puntual en la historia. Por otra parte, si observamos desde la misma perspectiva el tema de los cambios climáticos, estos no solo seguirán haciéndose presentes sino que también y desafortunadamente se habrán acentuado y habrán causado impactos mucho mayores, incluso porque se expandirían en el transcurso de un tiempo mucho mayor”, dijo Luiz Eugênio Mello, director científico de la FAPESP.
 

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