Este fue el análisis que efectuaron los expertos que se dieron cita en un seminario organizado por la FAPESP para debatir la COP26, la conferencia internacional que tuvo lugar en Escocia entre los días 31 de octubre y 13 de noviembre (imagen: captura de pantalla durante el webinario)

Resaltan la fuerte presencia de representantes de la sociedad civil brasileña en la cumbre del clima
02-12-2021
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Este fue el análisis que efectuaron los expertos que se dieron cita en un seminario organizado por la FAPESP para debatir la COP26, la conferencia internacional que tuvo lugar en Escocia entre los días 31 de octubre y 13 de noviembre

Resaltan la fuerte presencia de representantes de la sociedad civil brasileña en la cumbre del clima

Este fue el análisis que efectuaron los expertos que se dieron cita en un seminario organizado por la FAPESP para debatir la COP26, la conferencia internacional que tuvo lugar en Escocia entre los días 31 de octubre y 13 de noviembre

02-12-2021
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Este fue el análisis que efectuaron los expertos que se dieron cita en un seminario organizado por la FAPESP para debatir la COP26, la conferencia internacional que tuvo lugar en Escocia entre los días 31 de octubre y 13 de noviembre (imagen: captura de pantalla durante el webinario)

 

Por Karina Ninni  |  Agência FAPESP – Será necesario rever las instituciones y los procesos políticos para hacer frente a los cambios climáticos. Esta fue la conclusión a la que arribaron los participantes en el webinario intitulado Los caminos para Brasil pos-COP26, organizado el pasado 16 de noviembre por el Programa FAPESP de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales (PFPMCG). Los expertos también pusieron de relieve la presencia determinante de representantes de la sociedad civil brasileña durante la última cumbre del clima, realizada en Glasgow entre los pasados días 31 de octubre y 13 de noviembre.

El evento, mediado por el profesor de la Universidad de São Paulo (USP) Paulo Artaxo, miembro de la coordinación del PFPMCG, contó con la participación de Ana Toni, directora ejecutiva del Instituto Clima e Sociedade, Jacques Marcovitch, docente de la Facultad de Economía y Administración de la Universidad de São Paulo (FEA-USP) y Eduardo Trani, subsecretario de Medio Ambiente del Estado de São Paulo. La apertura del mismo estuvo a cargo del presidente de la FAPESP, Marco Antônio Zago, y del director científico de la Fundación, Luiz Eugênio Mello.  
 
“Se trata de responder si el balance de la COP26 es positivo o negativo, y cuáles son los caminos a partir de ahora. Prefiero hacer hincapié en el lado positivo: reunir a casi 200 países en un esfuerzo en pos de estipular reglas, reducir el consumo de combustibles fósiles, la firma de 28 acuerdos, incluido uno entre 45 países que se comprometieron a lograr una agricultura más sostenible, me parecen ejemplos de éxito, al menos parciales”, comentó Zago.

El presidente de la Fundación recordó que, durante la COP26, la FAPESP se ubicó a la cabeza del lanzamiento de un fondo de investigación enfocado en la Amazonia. “Pusimos inicialmente 100 millones de reales y esperamos que los aportes nacionales e internacionales lo amplíen aún más. Ese fondo se llama Amazonia + 10 y, además de la participación de São Paulo, cuenta también con la de nueve Estados de la Amazonia Legal brasileña y de sus respectivas fundaciones de apoyo a la investigación científica. La FAPESP siempre ha tenido un rol relevante en la financiación de la investigación en esta temática. En más o menos un cuarto de siglo destinó 660 millones de reales a la realización de investigaciones cuyas temáticas abarcaron a la Amazonia y a los bosques tropicales. Fueron más de 2.000 becas y más de 1.000 ayudas. Estamos esperando las demandas y sugerencias que los científicos formularán.”

En sus consideraciones iniciales, Artaxo destacó que existe una gran distancia entre la voz de la ciencia y las negociaciones diplomáticas resultantes del evento. “El último informe del IPCC [el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático] mostró la necesidad de disminuir las emisiones un 45 % para 2030 a los efectos de limitar a 1,5 °C el aumento de la temperatura del planeta. Con los resultados de la COP26, ese aumento deberá ubicarse entre 2,4 °C y 2,7 °C, en lugar 1,5 °C, tal como lo recomienda la ciencia. En contrapartida, hubo un acuerdo para eliminar la deforestación global en 2030. Y Brasil se comprometió con el desmonte cero para 2028”, resumió el físico, integrante del IPCC.

Altibajos

Toni listó puntos positivos y negativos de la conferencia. “Creo que la finalización del Libro de Reglas del Acuerdo de París fue sumamente importante, pues era necesario terminar ese capítulo para poner en marcha su implementación. También destaco que nunca antes en una COP hubo tantas declaraciones voluntarias: del carbón, del metano, del desmonte.  Algunas bajo la forma de acuerdos bilaterales, por ejemplo. Esto es bueno, pero al mismo tiempo nos deja a algunos de nosotros preocupados con el proceso multilateral. Debemos acelerar el paso y esto ya es difícil con 195 países, entonces cuando comienzan a formarse los ‘pequeños clubes’ –del metano, de la deforestación– uno se preocupa. Serían excelentes si fuesen complementarios a los acuerdos multilaterales, pero debemos tener cuidado para que no reemplacen a esos acuerdos”, dijo. 

Un aspecto negativo que puso de relieve la especialista fue el hecho de los países desarrollados no han girado los 100 mil millones de dólares prometidos en 2015. “Es un error de política internacional, no por el monto de dinero, sino porque si una parte no cumple con sus obligaciones –poniendo el dinero sobre la mesa– las otras partes se sienten habilitadas a no cumplir con las suyas tampoco.”

La investigadora hizo hincapié en la participación de las sociedades. “Siempre está el sector privado. Pero generalmente aparece allí el director de sostenibilidad, los directores de marketing. En esta ocasión estuvieron los grandes CEO: los presidentes de JBS, Marfrig, Suzano. Más de diez gobernadores, alcaldes, muchos legisladores, líderes indígenas, líderes del movimiento negro, líderes jóvenes.”

Empero, por otra parte, remarcó la poca atención dada a la transición política necesaria rumbo a la descarbonización. “Hablamos muy poco de la transición política necesaria para combatir los cambios climáticos. Este debate aún no ha comenzado y la FAPESP podrá ayudar: ¿qué procesos políticos deberemos rever para tener una política coherente con los desafíos concernientes a los cambios climáticos? No hemos abierto este debate aún, ni en Brasil y ni en el mundo.”

En São Paulo

Trani destacó en su disertación las acciones que el estado de São Paulo lleva adelante en esa área de la investigación científica, con la FAPESP a la cabeza: “Desde 2019 hemos invertido alrededor de 30 millones de reales en esas tres líneas de investigación para que tengamos políticas públicas coherentes”, dijo el subsecretario en referencia a los Programas BIOTA (biodiversidad), BIOEN (bioenergía) y PFPMCG (clima).

“Este movimiento ha impulsado la acción de la gobernación del estado, teniendo en la mira la preparación para la COP26. El gobernador creó un consejo ad hoc de la sociedad civil [que incluyó a entidades tales como WWF, WRI y SOS Mata Atlântica] que ayudó en la elaboración temática para la conferencia. El estado de São Paulo afrontó el reto de los Champion Leaders de la ONU [la Organización de las Naciones Unidas] y adhirió formalmente, mediante un decreto, a las dos principales campañas de la COP: Race to Zero [el límite de 2050 para neutralizar el carbono en el estado] y Race to Resilience. En São Paulo el 95 % de la población vive en áreas urbanas, por ende, las consecuencias de los cambios climáticos son dramáticas. Esta campaña de resiliencia es tan importante como Race to Zero. Fijamos metas concretas en los decretos: en julio del año que viene entregaremos el plan de acción climática Net Zero 2050.”

Según Trani, uno de los grandes temas de esta COP fue la nueva organización de la gobernanza nacional. “La dificultad de diálogo con el gobierno federal hizo que la gobernanza brasileña se trasladase a la Asociación Brasileña de Entidades de Medio Ambiente [Abema]. Hubo una gran convocatoria, a través de la sociedad civil, hacia un movimiento denominado Gobernadores por el Clima, puesto en marcha por [Alfredo] Sirkis, quien nos dejó, por desdicha. Este movimiento congrega actualmente a 24 gobernadores de Brasil en la pauta climática. Atrajimos a muchos más actores hacia la gran tarea que es transformar la sociedad.”

Trani citó también el Acuerdo Ambiental de São Paulo, un compromiso voluntario de disminución de las emisiones, que ya contaría con la adhesión de alrededor de 1.000 empresas. “Y llevamos también a la COP26 los temas de la restauración forestal y la bioeconomía. En São Paulo existe una presión enorme sobre los biomas, fundamentalmente el Cerrado [la sabana brasileña] y el Bosque Atlántico. Pero desde el año 2010 el estado mantiene totalmente controlado el desmonte.”

Contextos y perspectivas

En su disertación, el profesor Marcovitch se enfocó en el contexto de la preparación de la COP26 y adelantó el de la próxima conferencia. “En 2021 estábamos en un contexto de crisis sanitaria [baja del IDH], crisis económica [desempleo], crisis social [desigualdad], crisis política [polarización] y crisis geopolítica [imprevisibilidad]. Ese fue el ambiente en el que se preparó y se realizó la última reunión. Y el año 2022 parece que será un año de grandes adversidades. Tendremos la Copa del Mundo [de fútbol] y, acá en Brasil, las elecciones presidenciales. La perspectiva es de estanflación [la situación simultánea de estancamiento económico y altos índices de inflación] y de crisis social, con desocupación y exclusión, lo que generará una demanda de soluciones a corto plazo. Y en estas circunstancias, el tema del medio ambiente debe conectarse con cuestiones a corto y mediano plazo para poder prender en la agenda política del país. Menciono también la crisis política y la importancia del compromiso de los partidos políticos en el tema: cómo están renovando sus liderazgos, cómo están comportándose de cara a las elecciones del año que viene y cómo nos compete a nosotros transmitirles a los partidos las expectativas de la sociedad. En el ámbito geopolítico existe una imprevisibilidad. Cabe reparar que, en la reunión de Glasgow, China se posicionó de dos maneras: por un lado, se integró al grupo de los 77; por otro, negoció bilateralmente con Estados Unidos.”

Desde una perspectiva jurídica, Marcovitch llamó la atención al respecto del tema del monitoreo de los compromisos asumidos en el G-20, en la COP26, y en las esferas nacionales y subnacionales. “Existe una retórica, existen compromisos, pero es necesario monitorear la implementación del plan mediante mecanismos racionales.”

El profesor de la FEA-USP también manifestó su preocupación al respecto de cómo migrar de una investigación generadora de desafíos a una investigación generadora de soluciones, que contemple la generación de empleo e ingresos, bienestar e inclusión social. “Y también, desde la perspectiva de la formación de las nuevas generaciones: ¿cómo preparar y formar a esas nuevas generaciones? ¿Cómo repensar los currículos educativos para insertar la agenda climática dentro de las diversas asignaturas?” 

Por último, apuntó cinco prioridades para 2022: construir capacidades para alcanzar las metas; construir una gobernanza multiniveles que incluya a actores sociales, y experimentalista, que se aplique a cada uno de los problemas y se renueve en función de las adversidades enfrentadas; conectar el corto, el mediano y el largo plazo mediante soluciones; promover el compromiso de la academia, los medios de comunicación y la sociedad civil y preparar la COP27 y las subsiguientes. 

El mercado de carbono

En el debate que siguió tras a las conferencias, seleccionando preguntas provenientes de la audiencia, Artaxo abordó el tema del sistema jurídico internacional, que está empezando a actuar fuertemente en el área climática. Mencionó que los Países Bajos obligaron a Shell a tener planes de descarbonización presentados ante la Justicia. Y les preguntó a los presentes si esa podría ser una forma de presión extra de los gobiernos. 

Marcovitch fue el primero en contestar. “En primer lugar quizá debamos decir que el tema de la judicialización ya ha llegado a Brasil. Tanto la cuestión del Fondo Amazonia como la del Fondo del Clima han llegado al Supremo Tribunal Federal. Necesitamos efectivamente estar seguros del cumplimiento de los compromisos. La sociedad civil debe movilizarse para exigir lo que se ha prometido. Con un cierto cuidado, porque debemos pensar el siguiente paso. Vale el ejemplo de Shell: hoy mismo se anunció que está mudando su sede al Reino Unido. Es bueno pensar en el camino de la judicialización, pero siempre con cuidado para saber qué sucederá después.”
 
Toni recordó que el tema de la justicia climática posee diversos aspectos. “La judicialización es uno de ellos, el derecho climático es otro y la litigación climática, que está creciendo fortísimamente y lo hará aún más en Brasil y afuera, es un tercero.”

También llegaron preguntas sobre el mercado de carbono y su real posibilidad de colaborar en la disminución de emisiones, dado que el balance para el clima es cero, pues mediante ese mecanismo un player deja de emitir y el otro emite en su lugar. 

Toni afirmó en la COP26 hubo “una extrapolación gigantesca” de la discusión sobre el sexto artículo del acuerdo [que aborda el mercado de carbono]. “Era como si el mercado de carbono fuese la bala de plata para salvar a la humanidad. Y sabemos que es un instrumento económico entre muchos otros, tales como la tasación, la reforma tributaria verde, la transferencia de subsidios que están yendo a parar a lugares equivocados y el pago de servicios ambientales. Puede hacer un aporte específico al apuntar las posibilidades de descarbonizar más rápido a un costo más barato. Y puede ayudar a acelerar el proceso, de existir integridad climática.”
 
Para Marcovitch, el mercado de carbono es una forma de decir que el mercado es el que decidirá el precio en términos de oferta y demanda. “En tanto, la tasa de carbono es algo previsible, que tiene un riesgo: el problema de la destinación de los recursos por parte de quienes cobran el impuesto. Lo ideal sería destinar todos los recursos de esa tasa a la mejoría de la sostenibilidad ambiental. Pero sabemos que eso no siempre sucede. Lo importante en el tema del mercado de carbono es que no se lo vea como una forma de disminución de las emisiones, sino como una forma de incentivar la innovación tecnológica. El mercado debería existir para hacer que las empresas mejoren apuntando a ese objetivo.” 

Al subsecretario de Medio Ambiente de São Paulo se le formuló una pregunta acerca de cómo pretende monitorear el estado la efectividad de las acciones propuestas en su plan Net Zero 2050. “La primera acción que pusimos en marcha consistió en establecer un convenio con el Observatório do Clima [una red de organizaciones de la sociedad civil brasileña] para utilizar los datos del Sistema de Estimación de Emisiones y Remociones de Gases de Efecto Invernadero [SEEG], el primer gran criterio que hace posible ese control anual. Y también firmamos convenios con otros institutos e instituciones, como SOS Mata Atlântica, por ejemplo. Para mediados del año que viene tendremos determinado cuál es el camino de ese monitoreo, con reglas fijas.” 

Por último, Marcovitch puso de relieve la necesidad de contar con instituciones y organizaciones con capacidad de adaptarse. “Algunas de ellas, con lo que podría denominarse sunset close, es decir, creadas ya para que algún día dejen de existir porque su misión ha concluido”. Para Toni, es necesario pensar en la transición política de gobernanza que haga posible la estabilidad política. 

“En Brasil, en las investigaciones que realizamos sobre el tema en la sociedad, aparecen las preocupaciones con las cuestiones climáticas, pero esto no se traduce en el voto. Hasta que no se convierta en una prioridad para la población que vota, los políticos seguirán optando por no hablar al respecto del clima.”

Trani afirmó que el estado de São Paulo ha venido reforzando los mecanismos de representación de la sociedad civil desde dos vertientes. “Reforzamos la participación de los consejos en todas las esferas ambientales. Y también capacitamos a nuestros agentes públicos. No es posible mantener la estabilidad política en la gestión descentralizada si no logramos fortalecer los mecanismos de participación de la sociedad con procesos claros, y también es necesario invertir en la formación. La estipulación de metas requiere del compromiso asociado.”

Puede accederse al webinario “Caminos para Brasil pos-COP26” completo en el siguiente enlace: www.youtube.com/watch?v=dxApsFHQ7XY.

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