Brain4care obtuvo el aval de la agencia reguladora federal de Estados Unidos para utilizar en dicho país un sensor de medición de presión intracraneal que desarrolló en el transcurso de los últimos 15 años (foto: Brain4care)

Una health tech brasileña planea su expansión para llegar a 1.000 millones de personas
26-03-2020

Brain4care obtuvo el aval de la agencia reguladora federal de Estados Unidos para utilizar en dicho país un sensor de medición de presión intracraneal que desarrolló en el transcurso de los últimos 15 años

Una health tech brasileña planea su expansión para llegar a 1.000 millones de personas

Brain4care obtuvo el aval de la agencia reguladora federal de Estados Unidos para utilizar en dicho país un sensor de medición de presión intracraneal que desarrolló en el transcurso de los últimos 15 años

26-03-2020

Brain4care obtuvo el aval de la agencia reguladora federal de Estados Unidos para utilizar en dicho país un sensor de medición de presión intracraneal que desarrolló en el transcurso de los últimos 15 años (foto: Brain4care)

 

Por Eduardo Geraque  |  FAPESP Investigación para la Innovación – La health tech brasileña Brain4care obtuvo el aval de la agencia reguladora de fármacos y tecnologías médicas de Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA), para utilizar en dicho país un sensor de medición de presión intracraneal que desarrolló en el transcurso de los últimos 15 años.

Ahora, la empresa pretende consolidar sus bases en el mercado estadounidense y alcanzar el objetivo de llegar a 1.000 millones de personas en todo el mundo con esta tecnología en el lapso de cinco años.

“La meta consiste en determinar la presión intracraneal como un signo vital para su uso a cargo de médicos de unidades de terapia intensiva [UTIs] o en estudios neurológicos de rutina, a ejemplo de la presión arterial, la temperatura y las frecuencias cardíaca y respiratoria”, declaró a Investigación para la Innovación Plinio Targa, CEO de Brain4care.

Esta tecnología, desarrollada por Brain4care en el marco de un proyecto apoyado por el Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP, empezó a gestarse en el año 2005, cuando, a los 77 años, el físico Sérgio Mascarenhas de Oliveira recibió el diagnóstico de hidrocefalia, una enfermedad rara en ancianos.

Disconforme con el modo mediante el cual los médicos monitoreaban habitualmente la presión dentro del cráneo –que comprende la apertura de un orificio en la cabeza–, el científico brasileño empezó a trabajar en un método con el que se pudiesen efectuar las mediciones desde afuera del cerebro, sin necesidad de realizar cirugías.

Tras una operación neurológica para la extracción del exceso de líquido que presionaba su cerebro, Mascarenhas, ya sin síntomas de la enfermedad, fue en busca de nuevos objetivos científicos.

“Me acordé de mis alumnos ingenieros, que utilizaban un chip para monitorear vigas de una construcción. ¿Por qué no podría utilizar un chip desde afuera de mi cabeza para efectuar el monitoreo de la presión?”, se indagó.

Y el resultado echó por tierra uno de los pilares de la Doctrina de Monro-Kellie, establecida hace 200 años, que sostenía que el cráneo es una estructura ósea rígida e inextensible.

Con base en su descubrimiento, Mascarenhas desarrolló este método para monitorear en forma indolora y no invasiva la presión intracraneal y la complacencia cerebral, que es la capacidad del cráneo para volver a su tamaño normal luego de que una presión deja de existir.

“En lugar de una cirugía relativamente compleja y cara, un sensor externo acoplado del lado de afuera del cráneo puede realizar todo el trabajo”, explicó Targa.

El funcionamiento de la tecnología

El sensor monitorea en forma continua la presión intracraneal y la complacencia cerebral a través de la morfología del pulso de la presión intracraneal, y expresa los resultados en dos gráficos. Uno de ellos muestra la morfología de la curva minuto a minuto y la correlación entre sus pulsos, en tanto que el otro apunta la tendencia de la presión en el transcurso del período monitoreado.

La información se le envía por internet al sistema de Brain4care, el cual analiza hasta 16 parámetros de la curva. Y este método permite visualizarla de dos maneras: en tiempo real, cuando el médico sigue en la pantalla del monitor los pulsos que el sensor captura, y mediante informes de la presión intracraneal recibidos desde la plataforma en la nube que se imprimen para su visualización.

La información obtenida mediante el monitoreo no invasivo de la presión intracraneal puede utilizarse en distintos momentos de la jornada de atención de pacientes. Entre ellos, en la selección, que permite confirmar la existencia de problemas neurológicos antes incluso de la aparición de signos clínicos, y en la definición del diagnóstico, acelerando y calificando la identificación de casos de hidrocefalia, ACVs, enfermedades hepáticas y renales, preeclampsia, hematomas subdurales, hipertensión arterial, meningitis y traumas.

Otras aplicaciones se relacionan con el monitoreo continuo en procedimientos quirúrgicos y de pacientes en cuidados intensivos o con patologías ligadas al aumento de la presión intracraneal.

Con el objetivo de realizar el seguimiento de la evolución de pacientes neurocríticos de manera rápida, fácil y accesible, incluso en términos económicos, el método desarrollado en Brasil, en la ciudad de São Carlos (en el estado de São Paulo), comenzó a cobrar cada vez más cuerpo y a salir al mundo.

Dentro de Brasil, la homologación científica de esta innovación también contó con el apoyo del PIPE-FAPESP.

“El PIPE hizo posible la unión de personas calificadas y recursos tecnológicos en un ambiente de investigación científica. En el marco de proyectos con el apoyo del programa, se confirmaron las hipótesis científicas del profesor Sérgio Mascarenhas”, afirmó Targa.

Según el ejecutivo, aparte de toda la evolución de la empresa en términos tecnológicos y en lo concerniente al mundo de los negocios, el avance científico del proyecto es lo que realmente se encuentra en la base de todo.

“Con seguridad, el gran paso fue el establecimiento de la correlación entre el método Brain4care y los métodos invasivos en el monitoreo de la forma de onda de la presión intracraneal”, afirma Targa.

Según el investigador, el apoyo de los proyectos PIPE-FAPESP y la capacidad científica del profesor Mascarenhas hicieron posible la ejecución de incontables investigaciones relevantes en centros de alta reputación mediante la utilización del método de monitoreo, culminando con un importante resultado en la investigación con humanos en la Universidad de Porto, en Portugal.

“También tenemos excelentes expectativas con relación a los resultados de una investigación en desarrollo actualmente en la Universidad Stanford, en Estados Unidos”, dijo Targa.

La expansión del horizonte

Con la madurez de esta innovación, el horizonte de la empresa ahora ha cambiado de configuración. Durante los próximos dos años, el objetivo de la Brain4care consiste en establecer nuevas correlaciones entre los parámetros fisiológicos y el estado clínico para la publicación de la primera curva de normalidad de la complacencia cerebral con el fin de que pueda habilitarse el monitoreo de los pacientes.

Pero los logros, de acuerdo con Targa, irán más allá. “A partir de la validación inicial con los métodos invasivos y la curva de la normalidad, profundizaremos nuestros estudios con inteligencia artificial para avanzar en la línea de diagnósticos e identificación de patrones por patologías y/o estado clínico”, afirmó.

A partir de la comprensión de cómo se comporta el fenómeno de la complacencia cerebral, será posible anticiparse a condiciones clínicas futuras, lo cual que ampliará la capacidad preventiva de los sistemas de salud, estimó Targa.

“La intensa y sensible relación entre el cerebro y el cuerpo humano expanden nuestras perspectivas de descubrimientos inquietantes. Estamos convencidos de ello y abocados a la apertura de la senda tendiente a establecer un nuevo signo vital”, dijo.

La meta de Brain4care consiste en estar presente en los principales centros de salud del mundo, tales como universidades, hospitales, clínicas, instituciones de salud pública y centros de investigación a partir del año 2025.

El plan de negocio de la compañía para la década del 20 apunta también a conquistar nuevos territorios más allá del universo de la salud. Algunos de estos nuevos territorios son el área deportiva, la vida en el espacio y protocolos preventivos de seguridad de la salud en entidades diversas, tales como escuelas, empresas, laboratorios y conglomerados públicos.

Otro aspecto importante reside en la construcción de plataformas de contenido referente a la presión intracraneal y a la complacencia cerebral, a los efectos de fomentar la evolución del conocimiento en el área, dijo Targa.

“Compartiremos datos e insights con la comunidad, ya sean pacientes y familiares, médicos, profesionales de la salud, hospitales y empresas del sector, tales como compañías farmacéuticas y aseguradoras y el gobierno”, afirmó.
 

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