Un estudio de la Red Zika, publicado en la revista Journal of Clinical Virology, apunta que hay casos que pueden estar confundiéndose con dengue (foto: FreeImage.com/ Billy W)

El tamaño de la epidemia de zika está subestimado, indica un estudio
01-09-2016

Un estudio de la Red Zika, publicado en la revista Journal of Clinical Virology, apunta que hay casos que pueden estar confundiéndose con dengue

El tamaño de la epidemia de zika está subestimado, indica un estudio

Un estudio de la Red Zika, publicado en la revista Journal of Clinical Virology, apunta que hay casos que pueden estar confundiéndose con dengue

01-09-2016

Un estudio de la Red Zika, publicado en la revista Journal of Clinical Virology, apunta que hay casos que pueden estar confundiéndose con dengue (foto: FreeImage.com/ Billy W)

 

Por Karina Toledo  |  Agência FAPESP – Un estudio apoyado por la FAPESP y coordinado por científicos de la Facultad de Medicina de São José do Rio Preto (Famerp) sugiere que el tamaño de la epidemia causada por el virus del Zika en Brasil puede estar siendo subestimado en las estadísticas oficiales, y que existen casos que se confunden con dengue.

El equipo, coordinado por el profesor Maurício Lacerda Nogueira, integrante de la Red Zika, analizó mediante test moleculares muestras sanguíneas de 800 pacientes con sospecha de dengue atendidos entre enero y agosto de 2016. El material fue suministrado por el Hospital de Base, dependientemente de la Famerp, y por la Secretaría Municipal de Salud de São José do Rio Preto.

El diagnóstico inicial –basado en los síntomas clínicos y en los test serológicos– fue confirmado tan sólo en 400 muestras. Más de 100 de los casos analizados dieron resultado positivo para el virus del Zika, y en una de las muestras se detectó el virus causante de la fiebre chikunguña.

En las otras casi 300 muestras restantes no se detectó ninguno de los tres arbovirus transmitidos por el mosquito Aedes aegypti, y los investigadores sospechan que, en realidad, puede tratarse de casos de gripe o de otras virosis.

Una parte de los datos salió publicada en Journal of Clinical Virology.

“Estos resultados indican que esa división clásica que suele hacerse entre los síntomas –la asociación de la conjuntivitis con el zika y el dolor en las articulaciones con el chikunguña, por ejemplo– sirve únicamente a la hora de dar clases. En la práctica, los síntomas se confunden. Y también se confunden los resultados de los test serológicos que actualmente se utilizan en la rutina de los laboratorios y en los servicios de emergencia”, afirmó Lacerda Nogueira.

Si bien ya se han desarrollado nuevos métodos serológicos capaces de diferenciar con precisión entre los anticuerpos contra el virus del Zika y los del dengue (lea más en: agencia.fapesp.br/23076), según ponderó el investigador, los mismos aún se restringen al ámbito de la investigación académica.

Las metodologías actualmente disponibles tanto en la red pública de salud como en los laboratorios y nosocomios particulares, según Lacerda Nogueira, aún pueden dar resultados positivos falsos de dengue en los casos de pacientes con zika, toda vez que ambos virus son muy similares.

“La única forma de estar seguros es mediante la aplicación de test moleculares como el PCR en tiempo real, que es mucho más caro que el test serológico. Los laboratorios de salud pública como el Instituto Adolfo Lutz no están en condiciones de ofrecerle este tipo de análisis a toda la población y terminan priorizando a las mujeres embarazadas y a las personas con sospecha de Guillain-Barré [una de las complicaciones neurológicas de la infección por el virus del Zika]”, añadió el investigador.

Las implicaciones

La Organización Mundial de la Salud (OMS) preconiza que todos los casos en que, por cualquier motivo, no haya seguridad en el diagnóstico, deben tratarse como si fueran de dengue, pues, entre las enfermedades que transmite el Aedes, ésta la que reviste mayor riesgo de muerte.

A juicio de Lacerda Nogueira, un resultado falso positivo de dengue no ocasiona perjuicios en el tratamiento de los pacientes, pero sí genera le costos innecesarios al sistema de salud.

“A una persona con zika, siempre y cuando no esté embarazada, se le recomienda únicamente reposo y hidratación en casa. En tanto, un paciente con dengue debe regresar al servicio de salud para que se le administre suero y se le hagan análisis más complejos, como así también para someterse a un seguimiento de su nivel de plaquetas, pues existe el riesgo de hemorragia”, comentó Lacerda Nogueira.

Con todo, para el investigador, uno de los problemas principales reside en la incertidumbre que los resultados falsos positivos generan con relación a los datos epidemiológicos oficiales.

“En 2015, el estado de São Paulo batió el récord en cantidad de casos de dengue [fueron más de 650 mil según datos de la Secretaría de Estado de Salud]. Ahora bien, yo me pregunto: ¿cuántos de esos casos no habrán sido de zika, a decir verdad? Antes se consideraba que los datos epidemiológicos de dengue en Brasil de los últimos 20 años eran bastante sólidos, pero en los de los últimos dos años hemos empezado a cuestionar si eran reales”, dijo.

Según el investigador, esta incertidumbre puede perjudicar a largo plazo el desarrollo de políticas públicas de prevención y tratamiento de enfermedades, como así también los estudios de costo-efectividad de la vacuna contra el dengue y, futuramente, de la del zika.

“De ser errónea la estimación de la cantidad de casos, el análisis de costo-efectividad de la vacuna también estará equivocado”, advirtió.

Microcefalia

A diferencia de lo que se observó en estados tales como Pernambuco, Bahía y Río de Janeiro, el avance en la cantidad de casos de zika en São Paulo no ha venido acompañada de una explosión en la cifra de niños nacidos con microcefalia.

A juicio de Lacerda Nogueira, es posible que en la región nordeste de Brasil y en Río de Janeiro existan otros factores –ambientales o genéticos– que ayuden a explicar el gran número de complicaciones neonatales.

“Una de las hipótesis planteadas recientemente indica que la vacunación contra la fiebre amarilla podría proteger contra el desarrollo de microcefalia. En el interior de São Paulo, ese inmunizante está presente en el calendario de vacunas y, en la costa, se llevó a cabo una campaña hace pocos años”, comentó Lacerda Nogueira.

 

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