En un texto publicado en la revista The Lancet, científicos brasileños afirman que el virus puede provocar un síndrome congénito de amplio espectro, que puede incluir o no la existencia de microcefalia (foto: Wikimedia Commons)

Confirman un caso de zika sin microcefalia pero con lesiones cerebrales y oculares
30-06-2016

En un texto publicado en la revista The Lancet, científicos brasileños afirman que el virus puede provocar un síndrome congénito de amplio espectro, que puede incluir o no la existencia de microcefalia

Confirman un caso de zika sin microcefalia pero con lesiones cerebrales y oculares

En un texto publicado en la revista The Lancet, científicos brasileños afirman que el virus puede provocar un síndrome congénito de amplio espectro, que puede incluir o no la existencia de microcefalia

30-06-2016

En un texto publicado en la revista The Lancet, científicos brasileños afirman que el virus puede provocar un síndrome congénito de amplio espectro, que puede incluir o no la existencia de microcefalia (foto: Wikimedia Commons)

 

Por Karina Toledo  |  Agência FAPESP – En un texto dado a conocer el pasado 7 de junio en la revista The Lancet, científicos brasileños describieron el caso de un bebé nacido sin microcefalia, pero con lesiones severas en el cerebro y en la retina causadas por el virus del Zika.

La investigación estuvo a cargo de científicos de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y de la fundación Altino Ventura, de Pernambuco, una entidad filantrópica que brinda asistencia oftalmológica a la población más vulnerable de ese estado brasileño, que está considerado como el epicentro de la epidemia de zika.

El grupo analizó el caso de un niño que nació con 38 semanas de gestación pesando 3,5 kilos y con un perímetro cefálico de 33 centímetros, un valor considerado normal para la edad. Al momento de ser examinado, el bebé tenía 57 días.

“El chiquito nació normal aparentemente, y como no tenía microcefalia, los padres se lo llevaron a su casa. Al cabo de algunos días empezó a tener convulsiones. Lo regresaron al hospital y se le detectó una calcificación cerebral, aparte de un crecimiento de los ventrículos y una lesión grave en la retina, similar a aquéllas encontradas en bebés con microcefalia”, comentó Rubens Belfort, docente de la Escuela Paulista de Medicina de la Unifesp y coautor del estudio.

La madre no exhibió síntomas de la enfermedad durante el embarazo, pero, luego de que se descartaron otras infecciones asociadas con malformaciones congénitas, un análisis del líquido cefalorraquídeo del niño mostró la existencia de anticuerpos contra el virus del Zika.

Según Belfort, las manifestaciones que se observaron en este caso se encuadran en lo que se viene denominando como Síndrome Congénito del Zika, que tiene un amplio espectro y distintas manifestaciones. Puede incluir o no la existencia de microcefalia, como así también lesiones cerebrales, oculares, auditivas, espasmos y convulsiones.

“No se puede excluir la infección por el virus del Zika sólo porque la microcefalia no se encuentra presente. La microcefalia es un factor de riesgo para la presencia de lesiones cerebrales y oculares, pero no constituye una precondición absoluta. Por eso se hace necesario testear a las madres para el virus Zika durante el prenatal y, en caso de que surjan resultados positivos, hacer un seguimiento de los niños luego del nacimiento y realizar la oftalmoscopía”, dijo Belfort.

Esta última, considerada un examen sencillo, permite visualizar las estructuras de fondo de los ojos, tales como el nervio óptico, los vasos retinianos y la zona central de la retina, denominada mácula.

Según el investigador, existen otros casos semejantes que están evaluándose y se confirmarán en breve. “Resolvimos dar a conocer este primero para que la información científica circule más rápido”, comentó.

Factores de riesgo

A comienzos de 2016, el mismo grupo de científicos demostró por primera vez, en un artículo publicado en la revista The Lancet, que además de la microcefalia, la infección por el virus del Zika durante la gestación puede causar atrofia de la retina e incluso ceguera en los recién nacidos.

En mayo pasado, en un artículo publicado en la revista JAMA Ophthalmology, revelaron que la probabilidad de que ocurran lesiones oftalmológicas graves es mayor en hijos de madres que informaron síntomas de la enfermedad durante el primer trimestre de gestación. También de acuerdo con este estudio, cuanto menor sea el perímetro cefálico del recién nacido, más altas son las probabilidades de que surjan problemas en la retina.

“Es común que haya ceguera en bebés con microcefalia, pero las lesiones encontradas en los hijos de mujeres que informaron síntomas de zika durante la gestación son distintas y muy específicas. Pero aún había dudas acerca de sí este problema habría sido provocado efectivamente por el virus. En este estudio, nosotros excluimos las otras posibles causas de ceguera”, comentó Belfort.

La investigación se realizó con 40 niños microcefálicos nacidos de madres que contrajeron zika durante el embarazo. Los bebés tenían entre uno y siete meses de edad al momento de la realización de los exámenes y se los dividió en dos grupos: con y sin alteraciones detectadas en la oftalmoscopía.

A todos los bebés se les realizaron análisis para descartar enfermedades causantes de ceguera congénita, tales como rubeola, herpes, toxoplasmosis, sífilis, citomegalovirus y VIH/ Sida.

El test capaz de detectar la presencia de anticuerpos contra el virus del Zika en el líquido cefalorraquídeo se aplicó en 24 de los 40 bebés incluidos en la investigación, y todos presentaron resultados positivos. Belfort explicó que este método de diagnóstico no se aplicó en todos los participantes debido a que aún no se encontraba disponible cuando empezó la evaluación.

El índice de resultados positivos para el virus del Zika fue del 63,6% en el grupo con alteraciones en la retina y del 55% en el grupo sin alteraciones oftalmológicas (sería probablemente mayor si a todos se les aplicase el test serológico). “Estos datos dejan claro que la infección por el virus del Zika lleva a la microcefalia y a la ceguera en gran parte de los niños”, dijo el investigador.

Todas las madres de los bebés participantes respondieron un cuestionario en el cual informaron sobre los principales síntomas que sintieron durante la gestación. El más frecuente en ambos grupos fue la erupción cutánea (un 65%) seguida de fiebre (un 22,5%), dolor de cabeza (un 22,5%) y dolor en las articulaciones (un 20%). Ninguna madre informó acerca de conjuntivitis u otros síntomas oculares.

Más del 70% de las madres de niños con problemas oftalmológicos afirmó haber presentado los síntomas durante el primer trimestre de gestación.

“Observamos que las lesiones en la retina eran más graves en los hijos de madres que se infectaron durante el primer trimestre: gran parte de la retina no existía en tales casos. Nuestra hipótesis indica que, al igual que ocurre en el cerebro, el virus no deja que una parte de la retina se desarrolle”, dijo Belfort.

Con la intención de expandir la comprensión referente a los daños que provoca la infección, los investigadores siguen acompañando a los niños del estado de Pernambuco y también a un grupo de bebés del estado de Bahía. Asimismo, están estudiándose las placentas de las madres que dieron a luz hijos con microcefalia.

Puede leerse el artículo intitulado Ocular Findings in Infants With Microcephaly Associated With Presumed Zika Virus Congenital Infection in Salvador, Brazil (doi: 10.1001/jamaophthalmol.2016.0267) en el siguiente enlace: archopht.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=2491896.

Y el artículo intitulado Zika: neurological and ocular findings in infant without microcephaly (doi: 10.1016/S0140-6736(16)30776-0) puede leerse en: thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(16)30776-0/abstract.

 

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