Con base en un cráneo hallado en la década 1970, científicos detallan las características del Brasinorhynchus mariantensis, un reptil herbívoro perteneciente al linaje ancestral de los cocodrilos y las aves (fotos: divulgación)

Luego de 40 años, sale la descripción de un rincosaurio "torcido"
26-05-2016

Con base en un cráneo hallado en la década 1970, científicos detallan las características del Brasinorhynchus mariantensis, un reptil herbívoro perteneciente al linaje ancestral de los cocodrilos y las aves

Luego de 40 años, sale la descripción de un rincosaurio "torcido"

Con base en un cráneo hallado en la década 1970, científicos detallan las características del Brasinorhynchus mariantensis, un reptil herbívoro perteneciente al linaje ancestral de los cocodrilos y las aves

26-05-2016

Con base en un cráneo hallado en la década 1970, científicos detallan las características del Brasinorhynchus mariantensis, un reptil herbívoro perteneciente al linaje ancestral de los cocodrilos y las aves (fotos: divulgación)

 

Por Peter Moon  |  Agência FAPESP – El más reciente trofeo de la paleontología brasileña no es un dinosaurio sino una especie hasta ahora desconocida de rincosaurio, un reptil herbívoro perteneciente al linaje ancestral de los cocodrilos y las aves. La nueva especie recibió el nombre de Brasinorhynchus mariantensis.

El brasinorrinco vivió en el estado de Río Grande do Sul hace unos 238 millones de años, a mediados del Triásico, el período inmediatamente anterior al del surgimiento de los dinosaurios. En la época en que los primeros dinosaurios aparecieron en la zona, alrededor de siete millones de años después, se sabe que allí pastaban manadas de rincosaurios, pero ninguno se parecía al brasinorrinco.

Esto lo convierte al mismo tiempo en el más antiguo y en el más extraño ejemplar de rincosaurio de América del Sur, aparte de ser el primer ejemplar que divide afinidades inequívocas con los rincosaurios que pastaban en África, una evidencia más de la unión de los continentes australes en el supercontinente Gondwana.

El trabajo de descripción de este animal es de autoría de los paleontólogos Cesar Schultz, de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), Max Langer, de la Universidad de São Paulo (USP), y Felipe Montefeltro, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp).

El artículo publicado en Paläontologische Zeitschrift es producto de un estudio que cuenta con apoyo de la FAPESP en el marco del Proyecto Temático intitulado "The origin and rise of dinosaurs in Gondwana (late Triassic - early Jurassic)".

La nueva especie se describió con base en un cráneo un tanto deformado, hallado en la década de 1970. “Sabía de la existencia de ese cráneo desde 1980, cuando ingresé al Sector de Paleovertebrados de la UFRGS. Empecé a observar con más atención a aquel ‘rincosaurio torcido’ a partir de 1987, cuando empecé mi doctorado”, comentó Schultz.

“En esa época estudiaba de qué manera la fosilización típica del período Triásico de Rio Grande do Sul deformaba a algunos fósiles, a punto tal de hacer que pertenecieran a taxones distintos. Sin embargo, aquel cráneo, pese a estar claramente comprimido lateralmente, no era de ninguna manera similar a los otros rincosaurios gaúchos que conocíamos. Era más bien alargado y no ancho, exactamente lo opuesto a la morfología craneal de los rincosaurios más comunes en Rio Grande, que son más anchos que largos”, dijo.

Schultz comenta que el fósil del brasinorrinco fue hallado en Mariante, un distrito del municipio de Venâncio Aires (Rio Grande do Sul) y que por poco no se lo desecha, pues ya había muchos otros rincosaurios. Pero los paleontólogos resolvieron retirar el fósil, que salió entero y fue llevado a un laboratorio.

En 1991, Schultz incluyó en su tesis doctoral los primeros estudios sobre los especímenes del Brasinorhynchus. “Hice una descripción preliminar”, dijo.

En 1995, Schultz, entonces ya como director de tesis de la Carrera de Posgrado en Geociencias de la UFRGS, tuvo a Max Langer como su primer dirigido de maestría: su proyecto, por supuesto, apuntó a los rincosaurios. Así y todo, el objetivo de Langer no era la descripción anatómica de nuevos especímenes, sino el análisis filogenético de los rincosaurios.

De ese modo, el en ese entonces conocido “rincosaurio de Mariante” fue analizado junto a los demás, pero su publicación formal no se concretó. Esa tarea se le encomendó a un nuevo estudiante de maestría, algunos años después. Éste inició el trabajo, pero terminó por desinteresarse. Y así fue como el brasinorrinco volvió una vez más a parar a un estante, y allí permaneció durante casi 20 años.

En ese lapso de tiempo, Felipe Montefeltro realizó su maestría, bajo la dirección de Langer. Y durante el trabajo de Montefeltro, nuevamente se hizo mención al “rincosaurio de Mariante” y se lo utilizó en las comparaciones, aunque seguía sin tener su propia identidad formal.

Camaradería argentina

En 2016, esta larga novela científica llega finalmente a su epílogo. “Colegas argentinos me avisaron que encontraron un animal similar y que habían empezado a describirlo. Como ellos sabían acerca de la existencia de este fósil brasileño, me dijeron que aguardarían que nuestra descripción saliera publicada para luego publicar ellos”, dijo Schultz, destacando el ejemplo de camaradería científica del grupo argentino.

“Los tres nos reunimos e hicimos un esfuerzo concentrado de investigación para describir y publicar el trabajo lo más pronto posible,” explica Langer, jefe del Laboratorio de Paleontología de la USP de Ribeirão Preto, en São Paulo.

“El brasinorrinco habría tenido el tamaño de un cerdo grande. Con la cola, medía unos tres metros de largo. Su cráneo, fino, angosto y alto, se asemeja un tanto al cráneo de un caballo”, dijo Langer.

Al igual que todos los rincosaurios, el brasinorrinco tenía un pico (rhynchus, en griego) óseo que empleaba para asir y cortar la vegetación, como si fuese una cuchillo. Sus dientes eran diminutos, apropiados para ablandar el alimento. “En la fauna actual no existen animales con ese tipo de dentición”, explicó Langer.

En el Triásico medio, las pampas eran el hogar de animales que parecerían sumamente extraños a nuestros ojos. No eran dinosaurios ni mamíferos, ni cocodrilos, lagartos, tortugas o aves. Todas esas formas de vida aún estaban por evolucionar.

Los que dominaban aquel antiguo paisaje eran los reptiles primitivos. En el registro fósil de Rio Grande do Sul del Triásico medio, hace 238 millones de años, estaban de un lado los dicinodontes y cinodontes. Estos últimos fueron posiblemente los ancestros de todos los mamíferos.

Del otro lado se encontraban los arcosauromorfos, de cuyo linaje evolucionaron los cocodrilos y las aves. Los rincosaurios pertenecían a este grupo, junto al mayor predador de la época, un terrible carnívoro del tamaño de un gran cocodrilo: el Prestosuchus.

En tanto, en el registro fósil gaúcho del Triásico superior, hace 231 millones de años, los dicinodontes desaparecen, como así también el Prestosuchus. Pero los rincosaurios, en cambio, se vuelven abundantes. Y en ese momento es cuando surge, de forma aún tímida, un nuevo grupo de animales destinado a dominar el planeta durante los siguientes 150 millones de años.

Eran los primeros dinosaurios, cuyos ejemplares más antiguos aparecen en Argentina y en Rio Grande do Sul. Y cuyas primeras formas carnívoras se alimentaban de rincosaurios, probablemente.

Puede leerse el artículo intitulado A new rhynchosaur from south Brazil (Santa Maria Formation) and rhynchosaur diversity patterns across the Middle-Late Triassic boundary (doi: 10.1007/s12542-016-0307-7), de Cesar Leandro Schultz, Max Cardoso Langer y Felipe Chinaglia Montefeltro, publicado en Paläontologische Zeitschrift, en el siguiente enlace: link.springer.com/article/10.1007%2Fs12542-016-0307-7.

 

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